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LA AMENAZA CONTINÚA EN NUEVO LEÓN

Los cárteles de Sinaloa y del Golfo lanzan una nueva ofensiva contra el narcomenudeo de Los Zetas en Nuevo León.

Y su intención es que lo sepan todos, por ello sembraron los cadáveres en el corazón de San Pedro Garza García la madrugada del fin de semana pasado.

En redes sociales circuló un presunto comunicado de esta alianza contra Los Zetas, pero la verdad es que no hay nada nuevo en él.

Habla de lo mismo que ocurre desde el 2010, cuando los cárteles de Sinaloa y del Golfo se unieron para combatir a Los Zetas.

Y lo realmente contundente, es que los tres cadáveres arrojados en el corazón de uno de los municipios más prósperos del país lleva la intención de llamar poderosamente la atención.

De advertir, amenazar, que cualquier persona relacionada con el narcomenudeo, incluso los inocentes que se encuentren alrededor de los vendedores de drogas, serán atacados por pistoleros que buscan acabar con el renacimiento de Los Zetas como una organización bien articulada.

Y es que luego de las aprehensiones de Miguel Ángel Treviño “Z-40” y su hermano Óscar Omar Treviño “Z-42”, por cierto, éste último detenido muy cerca de donde arrojaron un cadáver el fin de semana en Fuentes del Valle.

Parecía el fin de Los Zetas, pero éstos continúan organizados y peleando en Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila por el control del narcomenudeo y el tráfico hacia Estados Unidos.

Así que ahora, con los relevos en distintos cuerpos de seguridad en los municipios y en la Procuraduría del Estado, la ofensiva contra Los Zetas es promovida por los cárteles de Sinaloa y del Golfo.

Aunque corrió la versión oficial de que la salida de 20 policías de la corporación de San Pedro provocó que arrojaran los cadáveres en el corazón de este municipio, la realidad es que los jóvenes asesinados fueron relacionados por las propias autoridades como sospechosos de venta de drogas, incluso uno de ellos tiene antecedentes por robo de vehículos.

21 asesinatos en tres días, 10 de ellos en una bodega de cerveza en García, marcaron el fin de semana más violento del año.

Y una nueva ofensiva de una guerra que lleva años en esta entidad, donde los cárteles de Sinaloa y del Golfo buscan acabar con el narcomenudeo de Los Zetas.