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LA IGNORANCIA DE PENN

 

Admirable que Sean Penn tenga la oportunidad y el valor de intentar entrevistar a “El Chapo”, pero su aventura personal solo evidencia inocencia, falta de conocimiento del tema y no deja nada en términos periodísticos. No responde ninguna duda.


La historia publicada en la revista Rolling Stone que narra cómo Sean Penn y Kate del Castillo visitaron a ‘El Chapo’ –porque definitivamente no es una entrevista periodística- deja ver al actor de Hollywood rebasado, abrumado y rendido, ante la personalidad del entrevistado.

Como sucedió con Hugo Chávez en Venezuela, el actor Sean Penn realmente está escribiendo sus propias aventuras personales, las cuales puede emprender en gran parte gracias a su fama como director y actor ganador del Oscar.

Es una verdadera pena que el actor de Milk no se asesorara por un periodista para efectuar preguntas realmente interesantes al capo de Sinaloa, al menos cuando estuvo frente a él en las montañas.

Y es que quiero confesar que para un periodista que conoce a gente que escribe sobre narcotráfico y que ha sido amenazada –y me incluyo-, esta oportunidad que dejó ir Sean Penn es como disponerse a tomar un gran riesgo para obtener un premio y luego arrojarlo a la basura.

En su texto, más autobiográfico y de opinión que una entrevista, el actor dice que como no tenía papel y lápiz cuando estuvo frente a “El Chapo”, solamente hizo preguntas que pudiera recordar.

Y no hay mejor manera de recordar la respuesta que emite un entrevistado, si se formula una pregunta que realmente tiene sustancia, en la cual se pregunta por hechos y no por los sentimientos personales del entrevistado.

Dice Sean Penn: “Me siento desnudo sin lápiz y papel, así que sólo hago preguntas cuyas respuestas no podré olvidar”.

Y narra que hace una pregunta -que considero buena- sobre hechos: “¿Conocías a Pablo Escobar?…”.

Sin embargo, aunque “El Chapo” le responde y le da pie para seguir con la conversación, al confesarle que incluso lo conoció en una casa muy grande en Colombia, el actor lo deja escapar terriblemente.

En lugar de preguntarle entonces: ¿Si el mercado de la cocaína –que dominaba Escobar- continúa siendo un gran negocio?

¿Si Guzmán Loera tiene tierras allá en Colombia?, o ¿si la experiencia de aquel país volvió a “El Chapo” más audaz en este giro?, o ya de plano, ¿si la importación de coca fue su puerta de entrada a la grandes ligas?, en lugar de todos estos grandes temas, Sean Penn le pregunta al capo si se lleva bien con su madre.

Pues ¿qué va a responder “El Chapo”?… Que sí, claro.

¡Qué desperdicio Sean Penn!…

O aprovechando que hablaban de Escobar, el actor también pudo preguntar si “El Chapo” quisiera entrar en la política –como el capo colombiano-, apoyar políticos, o ser capaz de hacer un arreglo con el gobierno y construir su propia cárcel, como lo hizo Pablo.

Pero no, las preguntas de Penn en ese momento se acabaron hablando de la relación madre e hijo. Es un verdadero desperdicio.

Y cuando uno lee hasta este punto la narración y Sean Penn dice que en ocho días volvería a México para entrevistar a “El Chapo”, se espera que la historia del actor finalmente conduciría a un auténtico contenido periodístico.

Quizás Penn nos contará si Joaquín Guzmán habla de las traiciones en este negocio, o si aún es socio y amigo de Ismael “El Mayo” Zambada, que parece no meter las manos en las aprehensiones de “El Chapo”.

Pero no, Sean Penn vuelve a su narrativa autobiográfica y termina por decir que el asedio de la Marina, el Ejército y las agencias estadounidenses contra “El Chapo”, no permitieron que se realizara la entrevista personalmente, así que tuvo que enviar las preguntas y otorgar el control total de la grabación al propio Cártel.

Así que posteriormente llegó un video a la actriz Kate del Castillo, de 17 minutos de duración, en el cual el capo sinaloense solamente -narra Penn- respondió algunas preguntas y otras no.

El video vale porque es Joaquín Archivaldo “El Chapo” Guzmán Loera, prófugo de la justicia y personaje ya histórico en los expedientes criminales, quien habla frente a una cámara. El morbo de verlo y escucharlo dio la vuelta al mundo.

Pero eso es todo: Verlo y escucharlo. Que es originario de Badiraguato, Sinaloa, que esa región es eminentemente agrícola y hay pocas oportunidades de desarrollo y que Estados Unidos es el gran demandante de drogas en el mundo, ya lo sabíamos.

Las preguntas y las respuestas en ese video no dejan ningún valor periodístico, sino al contrario, arrojan como resultado una simple sentencia sobre Sean Penn: “Tan buen actor, tan famoso, pero que ignorante y superficial”.

Dejó ir una gran oportunidad: “Zapatero, a tus zapatos”.