Una vez convencido por Dante Delgado para contender por la Gubernatura de Nuevo León con Movimiento Ciudadano, el ex panista pidió una encuesta para enfrentarse con Jaime Rodríguez, en lugar de ponerse a trabajar en una red de ciudadanos que lo apoyen.

Nuevamente la postura cómoda, el camino fácil.

Elizondo es un hombre que trasciende entre la clase media y empresarial de Nuevo León, pero no va más allá porque no hace campaña, no trabaja con las clases populares.

Esto, mientras el otro candidato independiente, el ex priista Jaime Rodríguez, lleva dos años trabajando en su proyecto, en su red de más de 17 mil ciudadanos y en una recolección de más de 200 mil firmas.

Por ello, Rodríguez prefirió el camino largo y rechazó la oferta y la insistencia de Dante Delgado –en una reunión privada en el Hotel NH de San Pedro- para que se registrara por Movimiento Ciudadano.

Elizondo nuevamente exhibe el mismo problema que tuvo en aquella derrota por la Gubernatura del 2009, cuando sin una red de panistas, sin trabajo hacia el interior de su partido, tuvo que ser designado directamente por la dirigencia nacional como candidato.

Y luego, ya con el registro de aspirante de Acción Nacional al gobierno de Nuevo León, su campaña fue intramuros, con escasa exhibición ante las masas y muy poco trabajo en redes sociales.

Elizondo solamente ha ganado una elección en toda su vida, en el 2006, cuando junto a su compañera de fórmula Judith Díaz, ganó el cargo de senador por Nuevo León con 761 mil votos, 50 mil sufragios más que los priistas Eloy Cantú Segovia y Marcela Guerra.

Excepto esa elección, todos sus cargos, estatales y federales, incluyendo su candidatura a la Gubernatura, le han sido asignados.

¿Cuándo Elizondo buscará dar el paso a trabajar en una campaña para convencer al pópulo? Ésta es la última llamada.

Quizás se acostumbró al apoyo en las encuestas de un medio de comunicación local y a su trabajo de escritorio.

Y ante los nuevos perfiles de gruperas, comediantes, futbolistas y policías que van como candidatos, la popularidad se gana con trabajo y no sólo con el apellido.